El IPA exigió que la modernización laboral deberá ser sancionada junto a otras leyes que reactiven la economía real: “No sirve una reforma si no se crea empleo”, dijo Rosato

El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, aseguró que un debate profundo y amplio para sancionar una modernización laboral es necesario para mejorar las condiciones de competitividad, aunque alertó que la reforma deberá ir acompañada por otras leyes que aseguren la reactivación de la economía, la recuperación de las Pymes manufactureras y la revalorización del poder adquisitivo de la sociedad para que el consumo vuelva a ser dinámico y se puedan crear puestos de trabajo.

“La reforma laboral es muy importante, pero debemos activar la industria para que la reforma tenga lógica. El proyecto del RIPI (Régimen de Incentivo a las inversiones para Pymes Industriales) debe tratarse en forma paralela como una condición fundamental para la generación de empleo y sustentabilidad de la economía real”, sostuvo Rosato.

El presidente de IPA destacó la importancia de “generar condiciones para la competitividad de las Pymes”, pero aclaró que “los constantes aumentos de los costos ponen a las fábricas cada vez más lejos de venderle al mundo y de competir”. “Los nuevos incrementos de la energía solo servirán para para contraer más la producción local”, indicó, como ejemplo.

“De mantenerse esta situación, habrá que pensar en medidas para frenar las cataratas de conflictos laborales por despidos, más que en contratar. El Estado debe trabajar junto al Congreso para definir rápidamente cómo recuperamos la economía real a través del trabajo y la producción. El diálogo y el consenso son las bases para la transformación productiva en la Argentina, que hoy sólo beneficia a algunos pocos”, sentenció.

La postura de Rosato está basada en los indicadores económicos recientes que destacó el último informe del Observatorio IPA: “Economía con signos de enfriamiento, con rubros como la industria, el comercio y la agroindustria que siguen en retroceso, el consumo se estanca y el empleo formal cae” y con el dato adicional de que “en agosto de 2025, el consumo formal en Argentina se mantuvo estancado”.

“La economía encara un cierre de año con recuperación parcial, sesgo contractivo y sectores estratégicos al borde de la recesión”, señaló el informe que comanda el economista Federico Vaccarezza. Allí también se destacó que, si bien la inflación “muestra cierta estabilidad, los precios continúan erosionando el poder adquisitivo en un contexto de economía desacelerada y bajo dinamismo del consumo”.

En términos de consumo, el Observatorio IPA enfatizó que “las ventas en supermercados crecieron apenas 0,3% interanual y cayeron 0,3% respecto a julio, mientras que el canal mayorista completó 25 meses consecutivos de caída”. “El acumulado del año aún se ubica 8% por debajo de los niveles previos a la crisis de 2024, y la confianza del sector sigue en niveles mínimos: solo 22% de los gerentes espera mejoras en el trimestre octubre-diciembre. La debilidad del consumo continúa limitando la recuperación económica”, alertó.

“En agosto de 2025, la industria manufacturera argentina entró en recesión técnica. El Índice de Producción Industrial (IPI) registró una caída interanual del 4,4%, mientras que la utilización de la capacidad instalada se ubicó en 59,4%, lejos de niveles de normalidad. Los sectores con mayor incidencia en empleo y producción, como automotriz, metalmecánica y textil, mostraron retrocesos significativos, mientras que ramas menos representativas como muebles y aparatos eléctricos sostuvieron el único crecimiento”, mencionó el informe.

El informe del Observatorio IPA concluyó que “superadas las elecciones de octubre, la economía argentina mantiene un crecimiento débil y heterogéneo: los indicadores positivos responden más a un rebote estadístico que a una recuperación real, mientras las expectativas poselectorales moderan parcialmente la incertidumbre, aunque los sectores clave siguen en niveles críticos”.