Un modelo sin industria y una recuperación que ya es incierta

El presidente Javier Milei evita hablar de la industria y ningunea a las pymes. La recesión golpea con fuerza y la recuperación en V queda cada vez más lejos.

Cuando el 22 de abril el presidente Javier Milei festejó por cadena nacional un superávit financiero, apelando a la contabilidad creativa, mencionó como los motores de crecimiento económico a la minería, el petróleo, el gas y el campo. Llamativamente, el mandatario ni siquiera mencionó a la industria, una omisión intencionada que refleja su poca afición a la producción, y un llamativo desconocimiento del impacto que la industria nacional tiene en el entramado productivo y laboral de la Argentina.

Como promesa de campaña, Milei se había comprometido su ajuste sería mayor al que pedía el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que la estanflación sería el escenario ideal para ordenar la economía. Hay que reconocer que cumpliendo con esos preceptos llevó adelante un ajuste en shock que llevó a una recesión que ya empieza a mostrar números similares a los meses de la pandemia de coronavirus.

Resulta llamativo que los números negativos de dos sectores tan dinámicos como son la industria y la construcción no despierten alertas ni el Presidente ni en su equipo económico. Los mismos que en tiempos de la malograda presidencia de Alberto Fernández y en plena pandemia se quejaban porque la cuarentena estaba “matando” a la industria, ahora prefieren el silencia y jugar Al Don Pirulero.

Los números del Indec son indubitables para el primer trimestre el año. En marzo, la industria nacional registró una caída interanual de 21,2%El dato fue la caída más pronunciada desde mayo del 2020 y marcó el sexto mes consecutivo de descenso, explicó la consultora PxQ.

Pero la alerta también surge al considerar que la producción manufacturera también bajó respecto de febrero un 6,3%, situándose en el nivel de junio del 2020, lo cual evidencia que la recesión está lejos apaciguarse.

Todos los rubros industriales mostraron variaciones anuales negativas en marzo respecto a igual mes de 2023, resultado de la menor demanda interna. Las mayores bajas en ese período fueron la producción de muebles (-40,4%), maquinarias (-32,6%), automotores (-24,7%), textiles (-22,9%) y alimentos (-14,4%). De esta forma en el primer trimestre del año actividad industrial manufacturera se encontró un 14,8% por debajo del nivel de 2023.

Por su parte la construcción se derrumbó 42,2% respecto de igual mes de 2023 y marcó la baja más pronunciada desde mayo de 2020, según PxQ. De esta forma en el primer trimestre cayó un 30,3%.

El rubro es uno de los mayores generadores de empleo, pero sintió el fuerte impacto de la paralización de todas las obras públicas dispuesta por Javier Milei, a lo que ya se suma un freno en la actividad privada.

Los datos del consumo de los insumos para la construcción en marzo tuvieron mermas de 69,2% en asfalto; 54,3% en hierro redondo y aceros para la construcción; 53,8% en placas de yeso; 46,6% en yeso; 46,1% en hormigón elaborado; 43,7% en ladrillos huecos y 43,1% en cemento portland.

En tanto que el 53,3% de las empresas que realizan principalmente obras privadas prevé que el nivel de actividad del sector no cambiará durante los próximos tres meses, mientras que 39% estima que disminuirá y 7,7% que aumentará, tal como surge del informe del Indec.

Entre las empresas dedicadas a la obra pública, 64,4% opina que el nivel de actividad caerá durante abril-junio de 2024, mientras que 29,7% cree que no cambiará y 5,9% que crecerá.

La crisis también golpea fuerte a las automotrices y metalúrgicas

En lo que hace a la industria automotriz, el último relevamiento de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) mostró que en abril se produjeron 42.974 vehículos, una baja de 0,4% en cantidades respecto de marzo, pero un 21,4% menos de las 54.399 unidades que se produjeron en abril del año pasado.

En cuanto al mercado externo, el informe apunta que se exportaron 20.611 unidades, un 12,4% menos que la cifra de marzo, y un 33% menos que en abril del 2023.

Otra de las ramas importante de la industria como es la actividad metalúrgica cayó durante marzo un 17,7% en la comparación interanual y respecto a febrero de este año disminuyó un 2,8%. El informe elaborado por el Departamento de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra) indicó que durante los primeros tres meses del año el sector acumula una retracción de -6,6% y de manera similar, la utilización de la capacidad instalada disminuyó más de 10 puntos porcentuales contra el mismo período del año previo, ubicándose en uno de los niveles más bajos de los últimos 8 años, siendo superado solamente por los 4 meses más duros de la pandemia del 2020.

Salario por el piso, caída de consumo y las pymes en alerta

Otro indicador que muestra los efectos de la recesión y de la pérdida de poder adquisitivo de los argentinos es que las ventas minoristas pymes descendieron 7,3% anual en abril, a precios constantes, y acumulan una caída de 18,4% en el primer cuatrimestre del año, según el Índice de Ventas Minoristas (IVM-CAME).

Los bolsillos flacos, también se reflejan en que en marzo el índice de actividad en restaurantes tradicionales de la ciudad de Buenos Aires cayó un 12% anual, profundizando la baja respecto al mes anterior y marcando el segundo mes consecutivo de contracción, tal como consignó PxQ.

En su discurso, Javier Milei tampoco aparecen menciones para las pymes argentinas. El Presidente habla de inversión, de impuestos y crecimiento económico, pero nunca de las pymes. Otra omisión que a esta altura parece un convencimiento ideológico más que un olvido sin intención.

Hay que considerar que en la actualidad en todo el país hay más de 500 mil pymes que son responsables de generar más del 50% del empleo. Tal como lo dice la entidad Industriales Pymes Argentinos (IPA) la estructura productiva argentina está principalmente compuesta por micro, pequeñas y medianas empresas. En particular, son este tipo de empresas las que abastecen el mercado interno, por ende, gran parte de sus ventas dependen del nivel de consumo interno.

Al respecto, el 5° informe del Observatorio IPA, que elaboran los economistas Pablo Bercovich y Martín Kalos, de las Consultoras Marca Pyme y EPyCA Consultores, destacó que entre noviembre y febrero el empleo en las pymes cayó un 1,4%: se perdieron 16.870 puestos de trabajo. Y adelantó que “en marzo y abril cada vez más empresas están empezando a despedir personal, ante la perspectiva de que la crisis económica se extienda en el tiempo”.

“Vemos con preocupación la situación de las pymes argentinas, porque habíamos advertido que la crisis de la recesión lo primero que iba a provocar era adelantamiento de vacaciones, luego suspensiones, más tarde despidos, aumento de la informalidad y cierre de fábricas. Ya estamos por la tercera etapa y pisando la cuarta. Pero el riesgo de pérdida de empresas está muy latente”, sostuvo el presidente de IPA, Daniel Rosato.

La recuperación en V, cada vez más lejos

Para Javier Milei la salida de la recesión será en V. Para el libertario luego de tocar fondo la economía rebotará con fuerza en un breve lapso. Sin embargo, las fuertes caídas de los diferentes sectores económicos sumados a una inflación que sigue alza y los salarios que siguen perdiendo poder de compra auguran una salida más compleja. A tal punto, que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estimó que este año la economía argentina se hundirá un 3,1%, mientras que pronosticó que la región crecerá en promedio un 1,9%.

Cuando durante la dictadura cívico-militar, el ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz promovió la apertura de las importaciones, la Junta Militar reforzó el mensaje con la famosa publicad de la silla nacional que se rompía, y la lluvia de sillas extranjeras de buena calidad.

En su campaña y ahora como presidente, Milei deja en claro su rechazo al proteccionismo industrial y a quienes para él producen en condiciones artificiales generadas por el subsidio del Estado. Su filosofía del orden espontáneo supone liberar todo a las fuerzas del mercado. Habrá que ver entonces si en su modelo anarcocapitalista hay lugar para una industria nacional que abastece al mercado interno y que también es sumamente competitiva cuando tiene que salir al exterior.